Corría el año 1987, y en concreto un 3 de noviembre, cuando en los hogares de buena parte de España, durante y/o tras la cena, la TV era por aquel entonces, sino el único, sí el más influyente y el que más audiencia atraía dentro de los medios audiovisuales. Por aquel entonces había un programa musical nocturno en TVE, de notable éxito, que presentaba el músico Miguel Ríos, y que se llamaba ¡Qué noche la de aquel año! Por el desfilaron la flor y nata del pop y el rock español... hasta que un día el grupo invitado no fue otro que Ilegales -a secas, sin el Los-.
La dinámica del show televisivo consistía, entre otros elementos, en la actuación en vivo y no en playback -como era costumbre- del invitado, quien solía interpretar dos o tres temas, en uno de los cuales el propio Ríos hacía el acompañamiento en la parte vocal. Pues con Ilegales, el guión establecido saltó por los aires, y no sabemos si alguna otra vez se dio tal circunstancia, pero el músico granadino no apareció en momento alguno cantando junto a la banda asturiana liderada por el políticamente incorrecto, indomable y genial Jorge Martínez, quien para la ocasión, y fiel a su espíritu de constante provocador, apareció en escena ataviado con una cazadora de cuero igual que las usadas por militares nazis; a este atuendo se uniría posteriormente una gorra también de la época del III Reich, cuando Ilegales interpretaron una versión de Trouble, de Elvis Presley.
El caso es que la gran sorpresa se iba a producir durante la canción Problema sexual, cuando ya hacia el final de la misma, el guitarrista y líder de Ilegales provocó que a más de una -y de uno- se le atragantase la cena, luego de que Martínez, cuando nadie lo esperaba, incluso es posible que Willy Vijande, al bajo, y David Alonso, batería, tampoco, soltase la siguiente frase mirando directamente a cámara y con los ojos que se le salían de las órbitas (min. 2:14):
Señora, si no le gusta mi careto... ¡cambie de canal!
Tengan en cuenta el contexto social y mediático en el que se producía esta actuación. No había internet, ni siquiera múltiples canales televisivos; tan sólo La Primera -La 1- y La Segunda -La 2-, como se conocían entonces, de Televisión Española. Por lo tanto, la difusión y repercusión eran máximas, destacando además que el programa se emitía en prime time.
Por cierto, que aquella posiblemente fuera una de las últimas actuaciones televisivas en las que apareció el trío ilegal integrado por Martínez, Vijande y Alonso, quizás la formación más recordada por los fans de la banda.
Ahora que Europa parece estar muriéndose, que da la impresión de habernos olvidado de los amigos sin ser millonarios, que a la luz o a la sombra todo simula estar permitido, que el mundo es basura pero nos gusta estar vivos... en fin, en estos tiempos viejos, tiempos salvajes que padecemos... sin duda se echan en falta la incorrección política, la rabia y el grito de libertad que se esconden entre las cuerdas de una guitarra. ¿O acaso es que "los héroes de la guitarra están oxidados y los novatos están drogados"?
