Recientemente nos topábamos en la Red con un extraordinario audio. Una entrevista de Sandra Llinares, del Podcast Las Almas Despiertas, a Josep Pàmies, quien durante casi dos horas de amena e interesante conversación compartió parte de las vivencias y reflexiones «de un campesino comprometido con temas como la agricultura ecológica, la lucha contra los transgénicos, las plantas medicinales y otras formas de sanación que actualmente se consideran alternativas», tal y como reza en su libro Una dulce revolución.
Si bien recomendamos encarecidamente la escucha completa del episodio, hubo dos momentos de la charla que nos gustaría destacar. El primero de ellos tiene que ver con la relación que el agricultor y activista social mantuvo con su hijo durante largos años hasta que un problema de salud hizo que se volvieran las tornas. "Nos separamos durante casi 15 años", comienza relatando Pàmies. "Casi no nos veíamos, chocábamos (...), pero cuando llegó el momento de la primera angina nos reunimos un día y le dije: yo creo que me he equivocado (...), ¿qué te parece si recobramos..? Y me han recomendado un abrazo diario contigo (...) y si puede ser un beso también; empezamos así en broma, y como en aquel momento él vivía encima, cuando bajaba le decía: ¡eh, ven, que hay que cumplir los deberes..! y a veces era él quien por la noche entraba y nos dábamos un beso y un abrazo (...) Te daba hasta vergüenza hacer este acto que nunca habíamos hecho, tantos años separados. Y de esto han pasado ya casi 12 años, y ahora si un día no nos lo damos, encuentras que falta algo".
También nos gustaría hacer mención al caso que el agricultor relata sobre una mujer con cáncer a la que trató de ayudar. "Hacía 15 años que había sido operada, radiada, envenenada con quimioterapia, y le dicen: señora, ya se ha hecho todo, calculamos que un mes de vida le queda, arregle los papeles que tenga que arreglar (...) Aquella mujer se va a casa llorando, conocen la noticia amigos y familiares y aquello era ya como ir a velar a un muerto en vida. A los dos días pide a su marido, que aunque había intentado ya divorciarse pero últimamente, por la pena que le hacía, ya no se separó, y a un hijo con el que hacía creo también que 15 años como con el mío que ni se hablaba, les pide por favor que si quieren acompañarla a un hotelito al lado del Clínico donde la atendían (...) para desintoxicarse de los amigos y familiares que venían sólo a hacerle llorar (...) Cuando se levantaba por la mañana miraba el mar y cuando salía el sol... ¡Qué bonito, qué precioso! Nunca había visto salir el sol, mis preocupaciones, mi trabajo no me permitían ésto (...) y pasó un mes... y no me he muerto y la morfina no me hace ni falta... ¿Y si cambiamos de hotelito? Y cuatro meses cambiando de hotelito... y vuelven a casa porque habían acabado los ahorros (...) Van al hospital y allí la reciben con una sorpresa enorme, como si estuvieran viendo una aparición... según ellos estaba ya en el otro barrio y... ¿qué tal, cómo está? Pues yo creo que muy bien. Le empiezan a hacer pruebas y no tenía cáncer. Y te juro Josep, me decía, no he hecho nada, ni tus plantas ni nada, por eso vengo aquí, para prevenir un poco. Y ahora, ¿sabes qué? Pues que con mi marido que quería divorciarse, ya no se quiere divorciar, y ya con mi hijo podemos darnos abrazos continuamente. He recuperado a mi hijo y he recuperado a mi marido y mi cáncer se ha ido. Quizás el problema de su cáncer era esa relación tóxica que mantenía, ¿quién sabe? Es posible".
Como dice esa canción, a veces... All you need is love*...
Josep Pàmies se encuentra entre los precursores y promotores de proyectos como www.dulcerevolucion.com y www.soberaniaysalud.com.
(*) La canción original es de The Beatles pero nos encante la versión de Willy Chirino.