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R504 Kolyma: Autopista al infierno

Carretera de los huesos Kolyma Rusia

Construcción del puente a través del Kolyma por trabajadores de la empresa estatal Dalstroi, obra que forma parte de la Carretera de los huesos. [Foto: Unknown authorUnknown author, Public domain, via Wikimedia Commons]

Highway to hell, Autopista al infierno, es el título de una de las más famosas -sino la más- canciones de la banda australiana de hard-rock AC DC. Navidades en Siberia, cantaba la banda española Los Nikis mediada la década de los 80. Y aunque no vamos a hablar ni de las vicisitudes de la banda de los hermanos Young ni de las de Los Ramones de Algete, sí nos sirven ambos temas para ir metiendo en contexto a una no ficticia, sino real y verdadera autopista hacia el infierno ubicada en el vasto territorio siberiano. Ya podemos, pues, hacernos a la idea de que el escenario por el que discurre la carretera R504 Kolyma -hoy P504-, más que de elevadas y ardientes temperaturas infernales, es todo lo contrario: gélido e inhóspito; y además cuenta bajo su asfalto con una terrible y dramática historia.

Dicha autopista, que de autopista sólo tiene el nombre, es una vía de 2.030 km de recorrido que atraviesa un pedazo del sureste de Rusia. Conecta la ciudad de Yakutsk, a orillas del río Lena, con Magadan. Es la única carretera en una región extremadamente fría, especialmente en invierno, donde las temperaturas pueden descender hasta -60 °C. De hecho, en la estación invernal, los conductores locales siempre mantienen sus automóviles encendidos ante cualquier parada en el camino, pues si el motor de sus vehículos dejase de funcionar, además de contar con la posibilidad de no volver a encenderlo, su propia vida estaría prácticamente abocada a una muerte segura por congelación, teniendo en cuenta el adverso medio circundante y las escasas posibilidades de encontrar un núcleo de población cercano.

Carretera de los huesos Kolyma Rusia
Tramo de la Autopista de Kolyma en 2007. [Foto: Сергин, Владимир Александрович, Public domain, via Wikimedia Commons]
Por otro lado, es preciso añadir que la carretera no está asfaltada en su totalidad y cuenta con tramos donde una mezcla de tierra y grava hacen de pavimento, lo que significa que sólo en verano o cuando en invierno está cubierta de hielo es posible su arriesgado tránsito, pues incluso durante el estío la presencia de socavones, árboles caídos sobre el vial o transeúntes inesperados, entre otras adversidades, convierten el viaje, especialmente para los no lugareños, en una caja de sorpresas. En otras épocas del año, las lluvias o el deshielo hacen que la carretera sea en algunos puntos una pista de barro impracticable. Merece mencionarse igualmente, por razones obvias, su alta siniestralidad en algunos tramos. Sí... han leído bien, un par de líneas más arriba hemos escrito transeúntes inesperados, pero no se impacienten que de ello hablaremos un poco más abajo.

La palabra Kolyma en ruso está relacionada con los llamados gulag, sistema de campos de trabajo donde presos políticos, disidentes, desafectos y, en definitiva, enemigos del pueblo* para el régimen estalinista en la antigua Unión Soviética eran enviados, no sólo para quitárselos de encima, sino para aprovecharlos como fuerza de trabajo en duras tareas en las más precarias condiciones. Un tortura física y psíquica, inhumana, una condena de la que cientos de miles no lograron salir con vida. Algunos esperaban a concluir la jornada para, exhaustos y hambrientos, escapar de aquel horror tumbándose sobre la nieve, esperando a que en unos minutos la muerte por congelación se los llevase de aquel infierno. De esos infames campos de trabajo en las inmediaciones del río Kolyma, que formaban parte del gulag Sevvostlag, toma el nombre la carretera. El citado río da también nombre a la extensa región que se extiende a lo largo y ancho de su curso, hasta su desembocadura en el Ártico.

Extracto de la película Doctor Zhivago (1965).

Una infraestructura cuyos trabajos se iniciaron en 1932 y que transcurrieron durante 20 años de auténtica pesadilla, hasta el cierre del gulag, y que tiene que ver en su origen con la actividad minera, relacionada con la extracción de oro y minerales de hierro. Para facilitar el acceso a las minas y el transporte del material extraído se hacía necesario construir una red de caminos, vías férreas y carreteras, entre las que se encuentra la tristemente conocida como Carretera de los huesos o, lo que es lo mismo, la R504 Kolyma. Lo del macabro nombre se pueden ustedes imaginar por qué y por quiénes.

La larga lista de cadáveres, lejos de ser un problema para los psicópatas al mando de aquellos campos a la hora de qué hacer con ellos, fue parte de una macabra solución con la que dar mayor consistencia a la mezcla asfáltica. Y es así como los huesos de esos cientos de miles de trabajadores acabaron formando parte del pavimento. Produce una sensación extraña, violenta, de rabia y absoluta tristeza el tener que escribir esto, pues si apenas hay palabras para describir lo que aquellos hombres padecieron durante maratonianas e inhumanas jornadas de trabajo, sabiendo que más pronto que tarde su existencia terrenal estaba sentenciada -su esperanza de vida no superaba los dos años-, cómo digerir que sus cuerpos ni recibirían sepultura acorde con sus creencias o ni siquiera acabarían en una fosa común, sino que terminarían, literalmente, formando parte de la obra en la que dejaron sus vidas.

El caso de Varlam Shalamov, un "elemento socialmente peligroso"

Para hacernos una idea exacta de lo que significaba la vida en los gulags, qué mejor que recurrir a alguien que lo sufrió en carne propia y, en concreto, al revelador legado que nos dejó escrito en varias de sus obras, de una crudeza devastadora para el alma humana. Nos referimos a Varlam Shalamov, escritor y periodista, hijo de un sacerdote ortodoxo, que en 1927 tendría su primer encontronazo con el régimen estalinista al participar en la manifestación por el décimo aniversario de la revolución de Octubre, con consignas como ¡Abajo Stalin! y ¡Cumplir el testamento de Lenin! En 1929 sería detenido durante una redada en el local subterráneo donde se estaban imprimiendo los folletos titulados El Testamento de Lenin, y por lo que fue condenado a tres años de campo de trabajo tras ser considerado como un "elemento socialmente peligroso". A su liberación dos años después se sucederían nuevos arrestos y condenas cada vez más largas, la mayor parte de ellas a cumplir en gulags de la región de Kolyma y en labores principalmente relacionadas con la minería.

De su experiencia en estos miserables campos, en los que dejó dos décadas de su vida, que a punto estuvo de perder, saldrían parte de las páginas que conforman su colección Kolyma Tales (Relatos sobre Kolyma). En una de esas historias, Lo que vi y aprendí en los campos de Kolyma, se pueden leer frases punzantes y directas a nuestra conciencia, nuestro corazón y nuestra alma, como las siguientes:

La extraordinaria fragilidad de la naturaleza humana, de la civilización. Un ser humano se convertiría en una bestia después de tres semanas de duro trabajo, frío, hambre y palizas.

Aprendí que la amistad y la solidaridad nunca surgen en condiciones difíciles, verdaderamente severas, cuando la vida está en juego. La amistad surge en condiciones difíciles pero llevaderas (en el hospital, pero no en la mina).

Aprendí la diferencia entre la prisión, que fortalece el carácter, y los campos de trabajo, que corrompen el alma humana.

Que la gente distinga a los jefes de campo según la potencia de sus puñetazos, según su entusiasmo por las palizas.

Aprendí que el mundo debe dividirse no en gente buena y mala, sino en cobardes y no cobardes. El 95% de los cobardes son capaces de cualquier mezquindad, mezquindad letal, después de una leve amenaza.

Aprendí lo terrible que es el ego de un niño, de un joven: mejor robar que pedir. Esto y su jactancia arrojan a la juventud al precipicio.

 

Carretera solitaria... o quizás no tanto

A parte de la trágica historia que durante mucho tiempo ocultó esta carretera, ésta cuenta también con otras relacionadas con el misterio y, en concreto, con esos transeúntes que se presentan o cruzan la calzada repentinamente, provocando que los conductores se sobresalten y acaben perdiendo el control de sus vehículos mientras conducen en, ya de por sí, condiciones de verdadero riesgo en algunos tramos. Si no son pocos los testigos al volante que han asegurado ver extrañas e inexplicables presencias, especialmente en lugares donde han acontecido trágicos sucesos en los que se han visto implicados individuos aislados o grupos de personas más o menos numerosos, al menos estadísticamente sería más probable la fenomenología paranormal en una carretera donde no sólo perecieron cientos de miles de personas trabajando en su construcción, sino que además sus restos descansan como parte la misma.

La Historia es susceptible de ser reescrita cada día de nuestra existencia. Y de ella forman parte historias desgarradoras como ésta, que nos han de servir de lección sobre el dolor y el sufrimiento que el ser humano puede infligir a sus semejantes. Puede parecer mucho, y más teniendo en cuenta la velocidad de vértigo a la que se mueve el mundo actualmente, pero tan sólo han pasado 70 años de este atroz y aterrador episodio, donde como ha venido sucediendo desde hace siglos, las ansias de poder y la ambición desmedidas de unos pocos se han llevado por delante la vida de tantos.

Que las víctimas de la tristemente conocida como Carretera de los huesos, como todas aquellas fruto de la vileza humana, hayan podido encontrar la paz que les arrebataron en su vida terrenal.

 


(*) Si se analiza la etapa de nuestra historia reciente entre 2020 y 2022, elementos como el poder totalitario, los enemigos del pueblo -quienes disienten de la línea oficial- y los campos de reclusión -confinamientos y castigo con la muerte civil a quienes piensan por sí mismos y se rebelan- parecen estar, lamentablemente, presentes.

[Fuentes:
"What I Saw and Learned in the Kolyma Camps". Varlam Shalamov, 23 Septiembre 2022, https://shalamov.ru/en/library/34/1.html
"Biography". Varlam Shalamov, 23 Septiembre 2022, https://shalamov.ru/en/biography/ ]

 

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