La triste fama del cabo de Buena Esperanza, rebautizado como el de las Tormentas, la idea amedrentada que se tenía de las navegaciones solitarias en mares desconocidos y cierta dosis de superstición, que tachaba de sacrílego el deseo de poner los ojos más allá de lo conocido, fomentaron diversas leyendas, la más conocida de las cuales, y de la que hay distintas versiones literarias, es la del Holandés Errante. Leer más